TUEJAR

En el interior de la Serranía de Valencia encontramos este pueblecito a menos de una hora de Valencia, algo apartado de la CV-35 o carretera de Ademuz, como se le ha conocido toda la vida. Vais a notar que hablo con especial cariño de este lugar y es que aquí tengo mis raíces; es el pueblo de mi madre y aquí pasé las vacaciones y muchos fines de semana durante mi infancia. Y tengo que reconocer que es un gran lugar para los niños: poco tráfico en las calles, buen contacto con la naturaleza a muy poquita distancia, zonas de baño ideales…

El pueblo está lleno de calles estrechas y empinadas, puesto que está situado en un cerro que alguna vez tuvo un castillo en su parte más alta, pero que hoy en día ocupan su lugar solo campos de almendros.

Originalmente, el pueblo se hallaba en la parte más alta, prueba de ello es el Portal de los Santos, única puerta de la antigua muralla superviviente hoy en día y el Cubo, torreón recientemente recuperado que servía de aljibe. Pero para llegar a este barrio, llamado la Zacuca, primero deberéis entrar en el pueblo por la Avenida y continuar por la Calle Larga, que sube empinada hasta la Plaza Mayor. En esta plaza se encuentra la iglesia, edificio que data del siglo XVII y es monumento histórico-artístico nacional.

Si os gusta lo tradicional y conocer antiguas costumbres, Tuéjar cuenta en su parte más baja con una ruta por los lavaderos del pueblo. Hoy en día ya prácticamente no se utilizan, pero yo todavía recuerdo ver en mi infancia a señoras mayores lavando en ellos.

Al pasear por sus calles veréis restos de decoración en el suelo; esto es porque en el mes de agosto de los años acabados en 0 y 5 se celebran las llamadas fiestas gordas. Todos los barrios se decoran entre todos los vecinos y la mayoría decoran el suelo, cuelgan guirnaldas y pintan murales. En estas fiestas también tiene lugar la puesta en escena del Entramoro, una representación teatral de un texto en verso que data del siglo XIX y que es modo diferente de recordar la ocupación árabe en la zona.

A pesar de que en el pueblo tenemos la sensación de que es un lugar inalterable al paso de los años, la mayor riqueza de este lugar es su medio natural. Vamos a intentar contaros un poco sobre los parajes y las rutas que podemos disfrutar en la zona.

Muy conocido es el paraje del Azud, que cuenta con un área recreativa donde se puede encender fuego y tenemos mesas para comer. Pero la estrella de este lugar es el Pozo de las Escaleras (que actualmente están medio derruidas por culpa de alguna riada), una preciosa zona de baño. A mí personalmente me encanta bañarme aquí, el agua es super pura y puedes nadar al lado de los peces. Eso sí, hay quien dice que el agua está muy fría y no tienen valor de meterse dentro. Es lo que tienen los ríos…

Este lugar es el que da nombre a la ruta que se ha acondicionado y señalizado recientemente. La ruta completa son unos 15 kms, pero como tiene forma de 8, puede optarse por recorrer solo la mitad. Su punto de partida natural es la ermita de la Purísima, justo en la entrada del pueblo pero también se puede empezar desde el Azud., lugar de unión de esas dos mitades que forman el 8.

Si partimos de la ermita, la ruta discurre por el paraje de la fuente del Saz, una zona con mucho encanto, en la que podemos disfrutar del río. Más adelante, encontraremos la presa romana y el molino.

Si comenzamos la ruta en el Azud, el camino nos lleva hacia el barranco de Arquela. Hace muchos años el río nacía mucho más arriba, ahora apenas hay agua más arriba del pozo de las escaleras si no ha llovido los días anteriores. A unos 15 minutos andando y en un sendero bien señalizado se encuentra una cueva llamada los Corrales de Silla. Allí se encuentrasn unas pequeñas pinturas rupestres que se encontraron por casualidad en la década de los 90. Después el camino nos lleva al nevero, una construcción de piedra donde se almacenaba nieve y hielo y después subimos hasta un mirador con unas vistas espectaculares. Este paseo es perfecto para familias; para senderistas más valientes este camino también puede conducirnos hasta la aldea de Ahillas, perteneciente al término municipal de Chelva.

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El término municipal es grande y hay muchas lugares preciosos de los que disfrutar. Si cogemos la carretera dirección Embalse de Benagéber podremos dirirgirnos al paraje de la Tartalona, zona de recreo entre montañas. Antiguamente recuerdo que las instalaciones eran una pasada (piscina incluida) y se llenaba de gente, pero hoy está bastante abandonado. Se puede disfrtutar de la zona de fuegos y de las mesas todavía, además tiene un buen mirador con vistas al pantano.

También recomiendan mucha gente la ruta hasta la cascada Bercolón, dicen que es muy bonita, pero yo no la hecho porque dicen que es de dificultad alta. Hay que bajar por un par de sitios algo complicados y a mí me gusta mucho el suelo firme. Esta ruta comienza en la carretera de Titaguas, en el desvío a Zagra, otra zona de recreo poco transitada.

Hasta aquí mi pequeño relato sobre este pueblo que tanto significado tiene para mí y espero que lo disfrutéis.

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