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Me encantó Edimburgo. Soy una gran fan de esta ciudad. Muchos cometen el error de utilizarla solo como base de aeropuerto y se van directitos a las Highlands. Esta ciudad tiene mucho que ofrecer. Aquí os dejamos con muchas cosas que podéis hacer.
- Visitar el castillo de Edimburgo
En lo alto de una colina se encuentra uno de los castillos que mejor se conservan del país. Las colas son largas, se pueden evitar comprando la Explorer Pass. Hay que dedicarle al menos un par de horas.
- Pasear por la Royal Mile
Esta avenida empinada (llamada así porque la distancia entre el castillo y el Palacio de Hollyroad guarda siempre grandes sorpresas. Visitar sus edificios más importantes (la catedral, The Tron) es muy interesante y meterte en sus callejones o closes también lo es. Nos guardan grandes sorpresas. Es el eje central de la Old Town o ciudad vieja, la zona más antigua de la ciudad.
- Hacer un free tour
Si es la primera vez que visitas esta ciudad, es muy interesante realizar un tour que dé una visión general de la ciudad. Puesto que las principales atracciones se encuentran muy próximas entre sí, los tours gratuitos son bastante completos. Nosotros lo cogimos con Sandemans y nos gustó mucho. Después los participantes dan una propina al guía dependiendo de como consideran que ha sido su intervención.
- Disfrutar del festival de Edimburgo
Durante la mayor parte del mes de agosto tiene lugar el festival de Edimburgo. Es un cúmulo de actuaciones de todos los tipos que tiene lugar en los teatros y también en las calles, a lo largo de la Royal Mile. Paseando puedes ver grupos musicales, trucos de magia o cualquier espectáculo. En la explanada del castillo, en lo alto de la colina, montan unas gradas móviles que nosotros pensamos que era un estadio de fútbol, es realmente enorme. Allí se celebra el festival de bandas, dicen que es espectacular. Nosotros no fuimos porque no es ni sencillo ni barato conseguir una entrada, pero si lo planificáis con tiempo tal vez se puedan conseguir a buen precio.
- Subir al Arthur´s Seat
Desde el palacio de Holyrood se inicia un sendero que sube hacia una colina que lleva un reguero de gente que desde abajo parecen hormigas dirigiendose al hormiguero. La subida es fácil, senda ancha y pendiente constante y desde arriba tenemos uno de los mejores miradores que encontrarás en esta ciudad.
- Probar los bocadillos de carne mechada
La bocatería Oink tiene varias sucursales en Edimburgo, la más conocida la de Victoria Street. Los bocadillos son de un solo cerdo cocinado a fuego lento cada día y cuando se termina se cierra la tienda. Son de lo más conocido en la ciudad en cuanto a take away se refiere. Como el guía de nuestro free tour nos recomendó probar la competencia, fuimos justo enfrente a un puestecito en un callejón que tenia cuatro o cinco mesas para sentarse. Y os podemos asegurar que nos estuvo muy bueno y a un precio razonable.
- Visitar un pub
Los pubs en Edimburgo están llenos de historias, cada cual tiene la suya. Puedes entrar a tomar tan solo una cerveza o a cenar, pero no deberías perdértelo. Algunos pubs conocidos en Edimburgo son The World’s End, que era el último antes de salir de la ciudad, o The Last Drop en Grassmarket, donde los condenados bebían su último trago antes de morir.
- Pasear por los cementerios
En Edimburgo los cementerios están visitados como si fueran parques, aunque están llenos de leyendas y misterios. El más famoso de ellos es sin duda es el de Greyfriars, situado en el centro de la ciudad.
- Hacer una foto con Bobby (sin tocarle la nariz)
En la entrada de este mismo cementerio encontramos la estatua de un perrito con una historia muy entrañable. Cuenta la leyenda que este perro se quedó en el cementerio cuidando de la tumba de su dueño durante muchos años y los habitantes de la ciudad lo mantenían con sus donaciones. Hay verdadera cola para fotografiarse con la estatua y los turistas suelen hacerse la foto tocándole la nariz, lo que ha producido que la figura se deteriore y a los habitantes de esta ciudad no les hace ninguna gracia.
- Visitar lugares relacionados con Harry Potter
J.K. Rowling comenzó a escribir sus novelas en Edimburgo, frecuentando para ello diferentes cafeterias, entre ellas The Elephant House. Es por ello que hay muchos lugares que son considerados la inspiración de la autora para diferentes lugares de los libros de Harry Potter, como la escuela George Heriot’s School, en la que se basó para crear Howargts o nombres en las tumbas del cementerio Greyfriars, que recuerdan a personajes de la novela como la profesora MacGonagall o Thomas Riddell, el otro nombre de Voldemort.
- Pasear por la New Town
Los edificios más antiguos se encuentran en la Old Town, mientras que la New Town se construyó a partir del siglo XVIII, cuando la zona de la ciudad vieja no era suficiente para albergar a toda la población. Se construyó en estilo neoclásico y en su momento albergó a la alta sociedad de la ciudad. La calle más conocida es Princes Street, con gran actividad comercial.
- Subir hasta Carlton Hill
Junto a la New Town encontramos la subida a la colina-mirador con más historia de Edimburgo. Aquí encontramos diversas construcciones que pretendían engrandecer a la ciudad pero quedaron inacabadas al no tener presupuesto suficiente. El conjunto es de estilo neoclásico, pretendiendo imitar la Acrópolis de Atenas.
- Hacer excursiones a lugares cercanos
Si vais a estar varios días en Edimburgo hay diversos lugares a poca distancia que vale la pena visitar: la Rosslyn Chapel, conocida por su aparición en El Código Da Vinci, la ciudad de Stirling, con su precioso castillo medieval, el Blackness Castle, que aparece en diversas películas y series de televisión o la ciudad de St. Andrews, preciosa ciudad universitaria junto al mar.
También hay empresas que realizan excursiones de dos o tres días a las Highlands para poder ver el Valle de Glencoe o el lago Ness.
- Participar en el tour de MaryKing’s Close o un tour de fantasmas
La cuidad está llena de misterios y se cuentan numerosas historias que rozan el terror, por lo que existen tours destinados a dar a conocer esas leyendas a los visitantes. Un tour concreto es el que nos muestra un callejón que quedó escondido bajo los edificios de la Royal Mile, el Mary King’s Close. Es de precio bastante alto (£16.50 la entrada de adulto y £9.95 la entrada infantil) pero tiene mucha demanda y buenas opiniones. Si estáis interesados conviene reservar.
- Conocer el palacio y la abadía de Holyrood
Al final de la Royal Mile se encuentra el palacio donde pasa pequeñas temporadas en Escocia la familia real británica. Cuando ellos no se encuentran allí está abierto al publico. En primer lugar se construyó la abadía, hoy en ruinas, y siglos después se creó el palacio, lleno de pasadizos y misterios. Justo enfrente se encuentra el edificio del parlamento escocés, del arquitecto español Enric Miralles, inaugurado en 2004.
- Fotografiar Victoria Street y sus tiendas de colores
Una de las fotos más bonitas que se pueden hacer en esta ciudad es la de esta calle y sus tiendecitas. Es un lugar muy curioso y muy frecuentado por turistas que van de un lado a otro.
- Visitar la Catedral de St. Giles
La mal llamada Catedral de St. Giles, puesto que esta nomenclatura no se utiliza en Escocia, comenzó a construirse en el siglo XII, pero su larga construcción y otros problemas como los incendios o varias reformas a lo largo de los siglos por los cambios de religión, hacen que este sea un curioso edificio de estilo gótico en el centro de la Royal Mile. Esta ciudad tiene mucho por descubrir.
¿A que esperáis para visitarla?
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